miércoles, 21 de julio de 2010
viernes, 2 de julio de 2010
QUIÉNES SOMOS
Somos una Asociación General de Empleados y Empleadas de la institución policial, pluralista, apolítica sin, fines de lucro, sin discriminación de raza, género o discapacidad física; organizada en defensa de los derechos soberanos de todos sus socios, el bienestar social. Así como también por el rescate institucional, incidiendo en que la Policía Nacional Civil se encause en su verdadero rol, llegando a conformarse en una institución profesional, cumpliendo a cabalidad el compromiso adjudicado en el espíritu de los Acuerdo de Paz.
¿QUÉ QUEREMOS?
Aglutinar a todos los empleados de la institución policial para que juntos construyamos una Policía profesional garante de los derechos ciudadanos. Ser el referente de las Asociaciones Populares del país, comprometidos con las demanda justas y la libre expresión.
¿HACIA DONDE VAMOS?
Convertirlos en una fuerza social con principios solidarios, progresistas, para contribuir a la transformación de la realidad y la reivindicación de los derechos de las grandes mayorías. Para lograr vivir en un régimen democrático amplio y participativo. Estamos seguros que esto solamente se logrará con una disciplina, transparencia y entrega de los que la dirigen, y con el apoyo de las demás organizaciones populares, comprometidas por las luchas justas y solidarias.
jueves, 1 de julio de 2010
Con los sindicatos policiales de España
Esta mañana tuve una 
reunión con los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía para hablar sobre la nueva Ley de Personal que están negociando con el Gobierno. La reunión, además de cordial, ha sido clarificadora. El Sindicato Unificado de Policía considera que deben darle su aprobación porque a pesar de mantener discrepancias importantes y cuestiones que se pueden mejorar considera que la nueva Ley aporta algunas mejoras. Por el contrario, la Confederación Española de Policía, el Sindicato Profesional de la Policía y el Sindicato de Comisarios mantienen que no pueden votar a favor de la ley tanto por algunas cuestiones de contenido, como por razón de oportunidad.
Mi opinión es que esta Ley debe contar para salir adelante con un sólido consenso tanto político como sindical porque debemos dar estabilidad a la carrera profesional de nuestros policías que no puede estar al albur de un cambio de partido en el Gobierno. Mi posición es que difícilmente podremos apoyar una Ley que genere un grado de división tan elevado entre los sindicatos como el que hemos percibido esta mañana. La impresión tras esta reunión es que esta Ley no ha alcanzado aún un grado de madurez suficiente para que pueda ser tramitada.
Hemos comentado muchos temas, pero quizá la principal novedad de esta Ley es la ampliación de la edad de jubilación a 65 años, que aún cuando sea voluntaria, provoca algunas cuestione sobre las que es necesario reflexionar. Por un lado, la combinación de ausencia de oferta empleo y aumento de la edad de jubilación puede provocar un rápido envejecimiento de la plantilla. Por otro, a los 65 años, un policía está perfectamente en condiciones de desempeñar determinados puestos, pero tiene una merma de condiciones físicas para ocupar otros. Hay por tanto que ser prudentes en esta cuestión y ver experiencias de otros países. Flexibilidad en la jubilación sí, pero no de cualquier forma.
En el debate surgió también la cuestión de la posible afiliación a los denominados sindicatos de clase. Mi opinión es contraria. Primero porque creo que tenemos unos buenos sindicatos profesionales y no creo necesario un cambio de modelo. Segundo, porque creo en una policía profesional, independiente y no politizada y considero que esto se logra mejor con un sistema de sindicación profesional como el vigente. Parece que el Gobierno ha abandonado por el momento esta idea, pero estaremos atentos.
Inevitablemente hablamos sobre los efectos de la crisis en el Cuerpo Nacional de Policía: caída en picado de la oferta de empleo, recorte de sueldos y carencias de medios. Considero que es injusto que los policías terminen pagando la incompetencia económica de Zapatero y que hay otros muchos gastos que recortar antes que las pensiones o los sueldos de los funcionarios. Por otro lado, en mi opinión la seguridad pública debe seguir siendo una prioridad y más en tiempos de crisis.
Reflexión de la presidencia de la AGE-PNC
Es lástima grande que muchos compañeros de la Asociación General de Empleados/as de la Policía Nacional Civil todavía no estén claros sobre el rumbo, y menos de nuestros objetivos y/o fines de nuestra organización.
A todos los Socios Fundadores y afiliados de la AGE les aclaro que es necesario conocer un par de conceptos para tener bien claro y sepamos dar respuestas a muchas inquietudes que hay en nuestro entorno. Pero esto solamente va a ser posible si se esfuerzan en alcanzar un nivel de lectura aceptable.
Se puede decir que cuando fundamos ésta organización, fue por los altos niveles de corrupción, inequidad, compadrazgo, por la marginación a los sectores claves en la institución policial. Así como también por el nivel de servilismo de parte de la institución a las clases poderosas del país.
Nacimos para reivindicar la labor del cuerpo policial, los bajos salarios de estos, en síntesis por las reivindicaciones económicas, sociales y políticas de todos y cada uno de los que laboran en la institución policial. Antes de entrar de lleno al tema es importante preguntarse,
¿Qué conoce sobre reivindicaciones? ¿Considera que esta palabra es propia de una organización popular (Asociación/ Sindicato)?
¿Que entendemos por reivindicación? Según el Diccionario de la Lengua Española 2005 Espasa-Calpe, se encuentran tres conceptos de la palabra de nuestro interés.
REIVINDICACIÓN
1. f. Reclamación de lo que le pertenece a uno: Reivindicaciones de los trabajadores.
2. Adjudicación de la autoría de un hecho por parte de alguien: Reivindicación de un atentado.
3. Intento de rescatar la buena fama o reputación de alguien o algo: Ha conseguido la reivindicación del buen nombre de su familia.
Para nuestro interés, nos apropiamos del concepto primero, el cual dice que es la reclamación de lo que nos pertenece. Compañeros/as, la reivindicación es reclamar lo que nos pertenece, lo que es nuestro, lo que la Constitución de la Republica de El Salvador misma nos da desde que nacemos, pero que la clase poderosa nos violenta, la cual siempre ha buscado que nosotros como trabajadores no tengamos esos privilegios considerados en esta Ley Soberana. Pero todo lo que existe en nuestra Constitución es letra muerta si nosotros, como trabajadores, no lo reclamamos como un derecho legítimo. Entendiendo el concepto anterior podemos entender lo que significa el primer nivel de reivindicación.
Después de haberse familiarizado con el concepto anterior, que siempre lo mencionamos dentro de la organización, hágase el siguiente cuestionamiento.
¿Está dispuesto a reivindicar sus derechos soberanos que a diario se nos violentan en la Institución Policial?
LA REIVINDICACIÓN ECONÓMICA Es aquel tipo de reivindicación en donde se reclaman mejoras salariales. Por lo cual la mayoría de masa se moviliza ¿Quién en estos tiempos de crisis no pretende ganar mejor? Sin embargo esto es discutible, y hay que hacer reflexiones al respecto. Ojo, hay que ser inteligentes, no pidamos mejores salarios sino nivelación salarial o ajuste salarial. En otras palabras, que el salario devengado esté acorde al monto de la canasta básica.
LA REIVINDICACIÓN SOCIAL Es el segundo nivel, es aquel tipo de reivindicación en donde el trabajador, que ha madurado su nivel de conciencia, por tanto no reclama aumentos salariales sino mejoras en las prestaciones por su fuerza de trabajo. Esto se traduce en salud, vivienda, educación, vacaciones remuneradas, recreación, deportes, artes, etc.
LA REIVINDICACIÓN POLÍTICA A este nivel de reivindicación pocas organizaciones sociales y populares aspiran precisamente porque sus dirigentes no tienen una visión clara de lo que esto significa. Estos solamente se quedan en los niveles anteriores. Piensan que este tipo de reivindicación incumbe puramente a los partidos políticos. Mentira: toda organización seria y que está teorizando tiene que aspirar a presentar propuestas o proyectos para el sector al que representa para que sean retomadas como agenda política en las plataformas de gobierno. ¿Cómo ven a la AGE, dentro de 20 años? ¡Incidiendo en la vida política de los ciudadanos de un país, en temas de mayor trascendencia que un reclamo de aumento salarial! La AGE, aportando cuadros a un partido político, afín a los principios de nuestra organización.
Esto solamente va a ser posible si desde ya comenzamos a hacer trabajo organizativo y a la misma vez vamos capacitando a nuestros cuadros. Y de estos que vayan saliendo militantes muy capaces, y a lo mejor el estímulo al trabajo, honradez y sobre todo su nivel de conciencia adquirido y templado en la lucha social los haga escalar a otro escaño del nivel organizativo.
¿Está dispuesto a elevar su nivel de lucha? ¿Está dispuesto a luchar por nuestra Organización?
martes, 22 de junio de 2010
El analfabetismo político
Bertolt Brecht, 1934
Dramaturgo alemán.
En la sociedad salvadoreña, el analfabetismo político es uno de los principales problemas persisten, y que florecen cada ves que se acercan elecciones de Alcaldes, Diputados y Presidente de la República.. En apariencia se puede decir que todos los que pertenecen a un partido político ya están educados políticamente, o que salieron de esta ignorancia política, lo cierto es que no, siguen siendo analfabetas políticos.
Lo peor aún, ante la negativa de participar en los procesos políticos han facilitado la llegada al poder de grupos o individuos ávidos de explotar las arcas del Estado o de colocar éste al servicio de intereses particulares, en detrimento de la atención de las grandes mayorías.
Pero, ¿Es la ignorancia política responsabilidad del individuo? o, por el contrario, ¿No será acaso ésta inducida por aquellos que han detentado el poder históricamente?, quienes ven como una amenaza, los privilegios de formación política, a la población. En realidad, ambos tienen su cuota.
Todo ciudadano, está en la obligación de conocer la historia de su país, aprender a discernir con claridad cuál es la mejor opción política, a no dejarse influenciar por las presiones de los grandes medios y a tener su propia postura ideológica, acorde, claro está a su respectivo contexto. Pero una cosa es el deseo y otra muy diferente la realidad.
En El Salvador, cuando la gente asume una posición política, muchos lo hacen más llevados por las apariencias, sin una seria reflexión: no tienen en cuenta su entorno, sus intereses, ni mucho menos evalúan los efectos que pueden tener sobre su futuro las decisiones que toman por ellos. Por eso, no es raro ver personas de estratos bajos, amas de casa, obreros, sindicalistas, estudiantes universitarios de clase media, docentes, profesionales, entre otros, defendiendo una diestra ideología que, en cabeza de unos cuantos, poco a poco va minando la democracia.
Esos son los que se benefician del analfabetismo político. Para ellos, entre más ignorante sea el pueblo, más fácil se hace su manipulación, se le enreda con falaces argumentos que encuentran un eco mediático y para ganar sus simpatías, explotan sentimientos patrioteros difíciles de resistir por parte de un cerebro vulnerable. Tan efectivas son sus estrategias que cuando algunos se atreven a controvertir sus sofismas son tildados de antipatriotas, lo mismo que condenados y maltratados por aquellos a quienes intentan abrirles los ojos.
De modo que, el analfabetismo político también es inducido y las estrategias para ello son absolutamente efectivas y poderosas. En esa tarea juega un papel determinante el sistema educativo en todos sus niveles: en la escuela no se enseña a los jóvenes a pensar, ni a tener una actitud critica frente a su realidad. Aparentemente, la universidad es el espacio para el debate, pero en muchas ni siquiera se promueve. Pareciera que el único interés fuera producir dóciles obreros, dóciles militantes, hombre masa, para el mercado laboral, sin una posición política definida, más allá de la dictada por los ya nombrados grandes medios. De ahí que no sea raro ver profesionales –que supuestamente tuvieron una formación integral apáticos frente a la política, como si ésta no afectara nuestra vida, indiferentes frente al sufrimiento del otro, frente al infortunio de aquellos que no tuvieron la posibilidad de acceder a una universidad.
Lo cierto es que todo esta ignorancia o analfabetismo político se pone de manifiesto también en los sindicatos, las asociaciones o en los círculos en donde se toman decisiones colectivas. Todos están pensando en sus partidos políticos, descuidando su asociación y/o sindicato, sin percatarse que a la larga todo ese esfuerzo organizativo favorece a un partido político.