Esta mañana tuve una 
reunión con los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía para hablar sobre la nueva Ley de Personal que están negociando con el Gobierno. La reunión, además de cordial, ha sido clarificadora. El Sindicato Unificado de Policía considera que deben darle su aprobación porque a pesar de mantener discrepancias importantes y cuestiones que se pueden mejorar considera que la nueva Ley aporta algunas mejoras. Por el contrario, la Confederación Española de Policía, el Sindicato Profesional de la Policía y el Sindicato de Comisarios mantienen que no pueden votar a favor de la ley tanto por algunas cuestiones de contenido, como por razón de oportunidad.
Mi opinión es que esta Ley debe contar para salir adelante con un sólido consenso tanto político como sindical porque debemos dar estabilidad a la carrera profesional de nuestros policías que no puede estar al albur de un cambio de partido en el Gobierno. Mi posición es que difícilmente podremos apoyar una Ley que genere un grado de división tan elevado entre los sindicatos como el que hemos percibido esta mañana. La impresión tras esta reunión es que esta Ley no ha alcanzado aún un grado de madurez suficiente para que pueda ser tramitada.
Hemos comentado muchos temas, pero quizá la principal novedad de esta Ley es la ampliación de la edad de jubilación a 65 años, que aún cuando sea voluntaria, provoca algunas cuestione sobre las que es necesario reflexionar. Por un lado, la combinación de ausencia de oferta empleo y aumento de la edad de jubilación puede provocar un rápido envejecimiento de la plantilla. Por otro, a los 65 años, un policía está perfectamente en condiciones de desempeñar determinados puestos, pero tiene una merma de condiciones físicas para ocupar otros. Hay por tanto que ser prudentes en esta cuestión y ver experiencias de otros países. Flexibilidad en la jubilación sí, pero no de cualquier forma.
En el debate surgió también la cuestión de la posible afiliación a los denominados sindicatos de clase. Mi opinión es contraria. Primero porque creo que tenemos unos buenos sindicatos profesionales y no creo necesario un cambio de modelo. Segundo, porque creo en una policía profesional, independiente y no politizada y considero que esto se logra mejor con un sistema de sindicación profesional como el vigente. Parece que el Gobierno ha abandonado por el momento esta idea, pero estaremos atentos.
Inevitablemente hablamos sobre los efectos de la crisis en el Cuerpo Nacional de Policía: caída en picado de la oferta de empleo, recorte de sueldos y carencias de medios. Considero que es injusto que los policías terminen pagando la incompetencia económica de Zapatero y que hay otros muchos gastos que recortar antes que las pensiones o los sueldos de los funcionarios. Por otro lado, en mi opinión la seguridad pública debe seguir siendo una prioridad y más en tiempos de crisis.
Realmente, nuestro gran país, por mucho que se quiera hacer por él, no se puede pecisamente porque estamos tan atrazados en todos los aspectos.
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